Cualquier ocasión es buena para realizar una queimada: una fiesta, una celebración familiar o una reunión de amigos. Pero, ¿sabes qué es la queimada, cuáles son sus orígenes o cómo prepararla?, te lo explicamos:
Alonso del Real establece los orígenes de la queimada en los siglos XI o XII, en coincidencia con la construcción de la catedral románica de Santiago. La tradición de la queimada se inspira, según él, en elementos célticos, románicos, germánicos y árabes. Los árabes habrían introducido el aguardiente y el azúcar; los germanos, el placer por la ebriedad colectiva y el gusto por las bebidas encendidas; y los celtas, los elementos poéticos de los “esconxuros”.
El ingrediente principal de la queimada es el aguardiente gallego, una bebida alcohólica gallega a base de orujo que cuenta con todo un ritual de preparación destinado a alejar a los malos espíritus.
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Cómo preparar la queimada
Ingredientes para 6 personas
- 1 l de aguardiente de orujo D.O. de Galicia
- 150 g de azúcar blanco fino
- La corteza de un limón y un puñado de granos de café
Preparación
- Vierte el aguardiente de orujo de Galicia y el azúcar en un recipiente hondo de barro cocido. Añade la corteza del limón y los granos de café. Necesitarás un cucharón para remover el contenido del recipiente y tazas de barro para servir la queimada.
- Remueve el contenido intentando no tocar el azúcar del fondo. Seguidamente, pon un poco del aguardiente gallego con azúcar en el cucharón y plántale fuego. Muy despacio, acerca el cucharón al recipiente hasta que el fuego pase de uno a otro.
- Ve cogiendo del fondo cucharones de aguardiente con bastante azúcar, escurriendo un poco el aguardiente y calentando el cucharón sobre las llamas para que de esta forma el azúcar que quede en él se vaya quemando. Con las repeticiones, el azúcar se irá caramelizando dando un color tostado a la queimada.
- Continua este proceso dejando arder la queimada hasta que las llamas tengan un color azulado. En ese momento podrás decidir si dejas que se terminen de consumir por sí mismas o si las apagas, según quieras que el alcohol esté más o menos presente.
- Lo ideal es que arda durante un término medio de unos 15 minutos. Si dejas consumir por completo el aguardiente lo que obtendrás será un simple agua azucarada.
Desde los años 60, el ritual incluye realizar la queimada a oscuras y recitar al tiempo el conjuro de la queimada, que debe leerse en voz alta tan pronto la queimada comienza a arder:
Conxuro tradicional da queimada galega
Mouchos, coruxas, sapos e bruxas;
demos, trasnos e diaños;
espíritos das neboadas veigas,
corvos, píntegas e meigas;
rabo ergueito de gato negro
e todos os feitizos das menciñeiras…
Podres cañotas furadas,
fogar de vermes e alimañas,
lume da Santa Compaña,
mal de ollo, negros meigallos;
cheiro dos mortos, tronos e raios;
fuciño de sátiro e pé de coello;
ladrar de raposo, rabiño de martuxa,
oubeo de can, pregoeiro da morte…
Pecadora língua de mala muller
casada cun home vello;
Averno de Satán e Belcebú,
lume de cadáveres ardentes,
lumes fatuos da noite de San Silvestre,
corpos mutilados dos indecentes,
e peidos dos infernais cus…
Bruar da mar embravecida,
agoiro de naufraxios,
barriga machorra de muller ceibe,
miañar de gatos que andan á xaneira,
guedella porca de cabra mal parida
e cornos retortos de castrón…
Con este cazo
levantarei as chamas deste lume
que se asemella ao do inferno
e as meigas ficarán purificadas
de tódalas súas maldades.
Algunhas fuxirán
a cabalo das súas escobas
para iren se asulagar
no mar de Fisterra.
Ouvide! Escoitade estos ruxidos…!
Son as bruxas que están a purificarse
nestas chamas espiritosas…
E cando este gorentoso brebaxe
baixe polas nosas gorxas,
tamen todos nós quedaremos libres
dos males da nosa alma
e de todo embruxamento.
Forzas do ar, terra, mar e lume!
a vós fago esta chamada:
se é verdade que tendes máis poder
ca humana xente,
limpade de maldades a nosa terra
e facede que aquí e agora
os espiritos dos amigos ausentes
compartan con nós esta queimada.
Conjuro tradicional de la queimada gallega
Búhos, lechuzas, sapos y brujas;
Demonios, duendes y diablos;
espíritus de las vegas llenas de niebla,
cuervos, salamandras y hechiceras;
rabo erguido de gato negro
y todos los hechizos de las curanderas…
Podridos leños agujereados,
hogar de gusanos y alimañas,
fuego de la Santa Compaña,
mal de ojo, negros maleficios;
hedor de los muertos, truenos y rayos;
hocico de sátiro y pata de conejo;
ladrar de zorro, rabo de marta,
aullido de perro, pregonero de la muerte…
Pecadora lengua de mala mujer
casada con un hombre viejo;
Averno de Satán y Belcebú,
fuego de cadáveres ardientes,
fuegos fatuos de la noche de San Silvestre,
cuerpos mutilados de los indecentes,
y pedos de los infernales culos…
Rugir del mar embravecido,
presagio de naufragios,
vientre estéril de mujer soltera,
maullar de gatos en busca gatas en celo,
melena sucia de cabra mal parida
y cuernos retorcidos de castrón…
Con este cazo
elevaré las llamas de este fuego
similar al del Infierno
y las brujas quedarán purificadas
de todas sus maldades.
Algunas huirán
a caballo de sus escobas
para irse a sumergir
en el mar de Finisterre.
¡Escuchad! ¡Escuchad estos rugidos…!
Son las brujas que se están purificando
en estas llamas espirituales…
Y cuando este delicioso brebaje
baje por nuestras gargantas,
también todos nosotros quedaremos libres
de los males de nuestra alma
y de todo maleficio.
¡Fuerzas del aire, tierra, mar y fuego!
a vosotros hago esta llamada:
si es verdad que tenéis más poder
que los humanos,
limpiad de maldades nuestra tierra
y haced que aquí y ahora
los espíritus de los amigos ausentes
compartan con nosotros esta queimada.